El asunto de la piratería en Internet es sin duda controvertido.
Los depositarios de la propiedad intelectual, aquellos que basan su modelo de negocio en la gestión y reventa, de alguna forma, de esa propiedad intelectual, se sienten agredidos y amenazados por la piratería que les impide recaudar los royalties que creen merecer. Y, ciertamente, la unión de una cultura de lo gratis al hecho de la piratería en sí mismo, amenaza muchos de esos modelos de negocio.
Los ciudadanos en general, y los internautas en particular, en muchos casos no comparten, sin embargo, esa visión o, simplemente, consideran poco más que una pequeña travesura el descargarse cualquier tipo de contenido pirateado de una forma u otra sin pagar por ello.
Una reflexión ligeramente diferente, y creo que interesante, la encuentro en la obra ‘Who owns the future?‘ de Jaron Lanier.
Para este tecno-pensador, el problema a que nos está conduciendo la nueva sociedad digital es a la concentración de información, y poder en un puñado de ‘servidores‘, como Google, Facebook, Amazón o similares. El valor que estos servidores ofrecen proviene, sin embargo, en última instancia, de la información que aportan los ciudadanos de forma desinteresada o incluso compulsiva:
Wa want free online experiences so badly that we are happy to not be paid for information that comes from us now or ever.
Obsérvese el fenómeno: los ciudadanos aportan lo que podríamos denominar ‘micropropiedad intelectual‘, es decir, información sobre ellos mismos o sobre el entorno que les rodea, en forma de perfiles, fotos, comentarios e, incluso, auténticas reflexiones o estudios de todo tipo en blogs o artículos online… Y no reciben remuneración por ello.
Sin embargo, cuando desean acceder a informaciones, estudios o creaciones de todo tipo, a veces tienen que pagar los derechos de propiedad intelectual.
La discusión sobre cómo se llega a esta situación, sobre modelos de negocio, sobre derechos, es enormemente compleja y no quisiera minusvalorarla o ignorarla aquí. Pero esa asimetría en el tratamiento de la información, esa falta de remuneración del ciudadano que aporta una información que está en la base de muchos negocios digitales, podría ser una causa, nos sugiere Jaron Lanier, probablemente una más, y seguramente inconsciente, de la piratería… o una justificación para la misma.
It would be unfair to demand that people cease sharing/pirating files when those same people are not paid for their participation in very lucrative networks schemes.
¿Un planteamiento algo diferente, verdad?