Avanzando en la lectura del libro ‘El Plan de Marketing Digital‘ de Manuel Alonso Coto, y hablando ahora de Marketing viral, me encuentro con las leyes del Wilson, seis consejos a cargo de Ralph Wilson.
Según este especialista en marketing, éstos son los elementos que deben estar presentes en una estrategia viral:
- Ofrezca un producto o servicio de valor para sus proyectos
- Facilite un nodo de difusión muy sencillo
- Su servicio debe ser rápidamente escalable
- Explore la motivación y los comportamientos humanos
- Utilice redes existentes de comunicación
- Tome ventaja de los recursos de los demás
Me parece especialmente relevante el tercer punto, la escalabilidad, porque es fácil olvidarlo. Si prevemos el éxito de la campaña viral, debemos estar preparados para una respuesta masiva y, por tanto, las infraestructuras que, por ejemplo, soportan la página a la que se dirige el posible contacto, deben estar preparadas para una alta carga de usuarios y transacciones. Evidente…pero fácil de olvidar.
También evidentes, pero de muy especial cuidado en mi opinión, son la facilidad de la difusión, para simplificar al máximo el efecto viral, y la más difícil, artística y, probablemente, importante de todas: entender las motivaciones de las personas, qué les interesa, qué buscan, qué les mueve.
Como regalo, el autor nos ofrece otra lista de diez recetas adicionales, éstas de su propia cosecha:
- Hacer a la gente reir
- Recomendarles algo muy interesante
- Competir
- Ganar dinero
- Obtener un descuento muy interesante
- Participar en una causa noble como, por ejemplo, la caridad
- Reforzar su ego
- Adherirse a una petición de algo justo de interés general
- Sexo
- Bromas/travesuras
De esta lista, me gustan especialmente, a la par que entiendo son, en efecto, muy relevantes, las que hacen mención al humor: ‘hacer a la gente reir‘ y ‘bromas y travesuras‘, quizá porque estas conecten con una motivación importante: la necesidad de reir o, al menos, sonreir.
No creo que en marketing digital, como tampoco en el marketing tradicional ni en muchas otras disciplinas, existan recetas milagrosas o que garanticen el éxito, pero tanto las leyes de Wilson, como las recetas de Manuel Alonso Coto, parecen ofrecer pistas y consejos valiosos para empezar.