No todo podrían ser parabienes en lo que al mundo de la Web 2.0 y social media se refiere. Parece lógico que un fenómeno de la envergadura de esta revolución socio-digital también lleve aparejados efectos adversos y detractores o, al menos, críticos.
Al final de su libro ‘Macrowikinomics‘, Don Tapscott y Anthony D. Williams, exploran algunas de estas voces críticas.
Una de esas voces y una de esas objeciones que me ha parecido digna de atención y reflexión, es la de Jaron Lanier, el autor del libro ‘You are not a gadget: A manifesto‘.
Este autor, y siempre siguiendo el resumen que de sus ideas hacen Tapscott y Williams, afirma que la Web ha creado una «mentalidad de colmena» que favorece a la comunidad frente a la individualidad. Hechos como los comentarios anónimos en los blogs, los vídeos con bromas insulsas, o los mash-ups se constituyen, al generalizarse, en una forma de comunicación fragmentaria e impersonal. Piensa que la interacción interpersonal se ha degradado hasta convertirse realmente en una comunicación impersonal. Literalmente, afirma:
«a new generation has come of age with a reduced expectation of what a person can be, and of who each person might become.«
Como consecuencia de todo ello, según Lanier, hemos sufrido un proceso de reificación, de conversión en cosas, en gadgets, y la tecnología subyacente determina cómo nos relacionamos unos con otros.
En su discurso, parece que Lanier, incluso, piensa que esta forma de colectivismo en red sofoca las voces más auténticas llegando a comparar esta situación con regímenes totalitarios.
Aunque esta última deriva del pensamiento de Lanier se me antoja algo exagerada, el resto de sus razonamientos me parecen muy dignos de tener en cuenta. Es cierto que, no sólo en el ámbito de la Web 2.0, sino en todo tipo de actividades, se produce una tensión, una dialéctica, entre las dinámicas y resultados del trabajo en grupo o colaborativo frente a la persona, el trabajo y la reflexión individuales, la creatividad del individuo y su desarrollo personal.
Comunidad frente a individuo, inteligencia colectiva frente a inteligencia individual. No son temas baladíes, y merecen mucha lectura y reflexión.
Tanto es así, que desde ya me apunto como objetivo la lectura de ‘You are not a gadget‘. Próximamente, me encontraré, creo, con otra voz crítica, la de Nicholas Carr con su ‘Superficiales‘, que no parece situarse muy lejos de las ideas de Lanier en este sentido.
Mientras eso sucede, es de agradecer la honestidad intelectual de Tapscott y Williams que les lleva a recoger y comentar tesis tan contrarias a sus propias ideas.
Por echar más leña al asunto y aparte de los riesgos del anonimato, estas reflexiones me hacen pensar en algo que seguro que tú conoces muy bien: los middlewares y los brokers. Una cuestión a pensar es sí es lo mismo comunicar entre personas asíncronamente, como lo hacemos ahora en las redes, que síncronamente en modo mensaje -espera- respuesta como lo hacíamos hasta ahora, incluso con el email. Esto de la Serendipia tiene desde luego un lado oscuro…bastante oscuro.
Gracias Isabel por tu comentario y por pasarte por mi blog.
En este momento ya no tanto pero, tiempo ha, sí que trabajé con midlleware.
En cualquier caso, y yendo al meollo de lo que planteas creo que, en efecto, es relevante el paradigma de comunicación, síncrona vs. asíncrona. Curiosamente, y quizá en contra de las tesis de Lanier, yo creo que la comunicación asíncrona, la que más se produce en el mundo 2.0, tiende a favorecer la reflexión, siquiera somera, porque al dar tiempo a pensar antes de escribir y responder, puedes consolidar mejor las ideas o, al menos, expresarlas mejor.