Se trata de que la idea, aquello que te apasiona, aquello en lo que crees, o aquello que deseas promover, adquiera forma y capacidad de movilización en la mente de tus interlocutores.
Esa es la esencia de la comunicación, esa es la herramienta del liderazgo y ese es, en fin, el objetivo de un speaker cuando se enfrenta a un público: llevar una idea a la mente de su audiencia.
Y para ello, según nos explica Chris Anderson en su libro ‘TED Talks. The offcial TED guide to public speaking‘, existen cinco grandes formas de conseguirlo
- Conexión: es decir, un acercamiento personal a los interlocutores. Reconociendo que las personas son entes sociales, se intenta establecer una forma de relación, de cercanía. Técnicas como mantener el contacto visual, usar el humor o mostrar vulnerabilidad se mueven en esta dimensión.
- Narración: hablamos de contar historias, de usar métodos cercanos a la literatura o el cine.
- Explicación: un método algo más clásico, consiste en desgranar las ideas, hacerlas comprensibles, por complejas que puedan ser.
- Persuasión: ahora el foco es convencer, hacer cambiar de opinión, y para ello recursos como anécdotas que apoyen la tesis, validación de terceros o ejemplos reales, pueden ser herrameintas válidas.
- Revelación: quizá la más dificil de explicar, se trata de maravillar a la audiencia, hacer que contengan la respiración, mediante demostraciones espectaculares, usando la imaginación, los sueños…
Estos mecanimos pueden entremezclarse, pero a pesar de ello tienen personalidad propia y conviene conocerlos y dominarlos si queremos ser convincentes, transmtir de forma efectiva las ideas en las que creemos, movilizar a los demás.
Sólo una advertencia, esas técnicas no pueden sustituir sino complementar, los dos factores más importantes y de los que hemos hablado recientemente en este blog: la autenticidad y el tener realmente ideas, tener realmente algo que transmitir.