Parece que la literatura sobre Internet y su efecto sobre la sociedad tiende a extremarse.
Por un lado tenemos a los que vierten todo tipo de sospechas sobre la Red, especialmente en lo que a seguridad, privacidad y moralidad se refiere.
Por otro, nos encontramos a aquellos que ven en Internet no sólo un motor de progreso económico sino también el catalizador de importantes mejoras sociales y políticas, el detonante o vehículo de movimientos de expresión y liberación.
A estos últimos Evgeny Morozov los denomina ciber-utópicos y contra su posición confiada y optimista (casi eufórica), opone una serie de profundas críticas.
Frente a ese idea de una Internet liberadora y opuesta a regímenes autoritarios, Morozov ofrece una perspectiva mucho más pesimista, agnóstica argumenta él, en que cuestiona la efectividad de Internet para esas causas y ofrece ejemplos del uso de la misma Internet por parte de gobiernos autoritarios, justo para los objetivos contrarios al de la libertad.
Quizá no sea el argumento principal, pero aún así quisiera destacar en este artículo el que se refiere al uso de Internet en su vertiente social y lúdica como una herramienta de distracción de la sociedad civil, como una vía para apartar su atención de ideales más altos o más altas luchas.
Así lo expresa en un párrafo de su conocido libro ‘The net delusion‘:
The Internet has provided so many cheap and easily available entertainment fixes to those living under authoritarianism that it has become considerably harder to get people to care about politics at all.
No puedo evitar pensar que éste presunto uso por parte de gobiernos, de producirse, sería en realidad ‘un truco muy viejo’, una treta casi milenaria.
Se trataría, en definitiva, de la reedición, en versión digital y moderna, del conocido ‘panem et circenses‘ que ya articularan los emperadores romanos.
Y es que hay cosas que parecen no cambiar…