Es bien sabido que lo realmente diferencial del mundo 2.0 y los social media no son las aplicaciones ni la tecnología que hay detrás. Que lo realmente relevante es el cambio cultural y de paradigma, el foco en el diálogo, en la colaboración y en el poder de las personas.
Pero difícilmente podemos exhibir esa cultura, esos valores y esos comportamientos, si no impregnan previamente a la empresa. El mundo 2.0 valora mucho la honestidad y la trasparencia…y sería contradictorio, probablemente inviable, ofrecer esa imagen abierta y dialogante a los clientes si no forma parte realmente de los valores de la compañía.
«es muy importante a la hora de lanzar una ‘comunidad social’ hacia afuera de la empresa haber conseguido previamente una comunidad ‘hacia dentro’, es decir, departamentos comprometidos y profesionales evangelizados. El factor clave comienza por la estrecha relación de confianza entre todos los departamentos de la empresa.»