No siempre las lecciones vienen de los gurús del ‘management’. A veces, reflexiones valiosas surgen de fuentes insospechadas.
Entresaco la siguiente frase de la novela ‘La llorona’ de Marcela Serrano:
«los que se aburren son casi siempre los que no tienen la capacidad de parir algún proyecto, por pequeño que sea, los que no creen en el día de mañana»
El texto, que forma parte de una obra de ficción, se refiere a los locos de un manicomio y al esfuerzo de la protagonista por interesarles en la lectura. Sin embargo, ¿no se trata de una verdad más general y perfectamente aplicable al entorno laboral?
¿No pueden ser el aburrimiento y la desmotivación, fruto de la falta de un proyecto profesional e, incluso, de la incapacidad para imaginarlo, de una grave falta de creatividad?