El éxito es efímero. Probablemente en cualquier faceta, pero desde luego en la empresarial. Pocas compañías se mantienen muchos años en lo alto de los ranking, en el dominio del mercado, en la supremacía de su sector.
En la literatura empresarial es frecuente referenciar los éxitos y las prácticas de las grandes compañías, aquellas que dominan el mercado y sirven como referentes, como modelos y, en ocasiones, como justificación y casi excusa para fundamentar teorías, metodologías y estrategias.
Sin embargo, últimamente se empieza a observar cómo esta misma literatura empresarial se hace consciente de que las grandes empresas, las que ocupan los lugares predominantes en el Fortune 500 o en cualquier otro ranking del éxito, no se sostienen, que esas empresas top de hoy no conciden en buena proporción con las que ocupaban los puestos de privilegio hace a lo mejor una década.
La lucha competitiva es feroz, el mercado es muy dinámico, la supervivencia o, al menos, la supremacia es difícil, muy difícil.
Hacia el final de su libro ‘Googled‘, Ken Auletta reflexiona más o menos en ese sentido a propósito de la empresa objeto de su análisis: Google.
Lo cierto es que hoy día, el éxito de Google es arrollador, su fortaleza financiera notable, su capacidad para innovar o, al menos, hacerse con innovaciones de terceros, altísima. Google es una empresa admirable y temible, que cada vez amenaza a más copmpetidores y sectores, que abarca cada vez más facetas de actividad, no ya sólo las búsquedas o la publicidad digital (adWords y AdSense), sino también la redes sociales (Google+), el cloud computing (Gmail, Google Docs,…), la movilidad (Android), los navegadores (Chrome), las comunicaciones y tantas y tantas otras áreas del mundo digital e incluso no digital.
El éxito y el crecimiento de Google parecen no tener fin…pero probablemente es una percepción falsa. Google también caerá. Surgirá algún competidor, o quizá una tecnología, o una regulación, o un nuevo modelo de negocio, que dañará irremediablemente la línea de flotación de Google.
Hoy día parece inimaginable, pero Google caerá.
¿Quién es o será el mayor enemigo de Google? ¿Serán otros buscadores o portales como Yahoo? ¿Fabricantes de dispositivos y de servicios como Apple? ¿Actores del cloud computing y el e-commerce como Amazon? ¿Las operadores de telecomunicaciones? ¿Facebook? ¿Microsoft?
Es posible que sea alguno de los anteriores pero no muy probable. Lo más probable que suceda, como ya empieza a ser también una apreciación convertida en lugar común en la literatura empresarial, es que al competidor que acabará con Google aún no lo conozcamos, que aún no se haya constuido como empresa. Puede que, como ocurrió en los inicios de la época dorada de Sillicon Valley, algún joven genio esté trabajando ya en un garage en la tecnología o servicio que derrotará a Google. Puede que su inventor esté ahora mismo cursando estudios de primaria…o puede que no sepa hablar o que no haya nacido…
Pero en algún momento surgirá…y Google caerá.
Difícil de imaginar hoy, pero la historia enseña que será así.