A vueltas con las opiniones de Gary Hamel sobre la creatividad, la motivación y la innovación en ‘management’, me encuentro con una clasificación y priorización de las capacidades humanas que más valor aportan a una empresa, diría que tanto a una empresa mercantil como a una empresa de cualquier tipo.
Esa escala, que yo me imagino como una pirámide, consta de los siguientes escalones:
Pasión
Creatividad
Iniciativa
Intelecto
Diligencia
Obediencia
Y la aportación relativa, siempre según Hamel, crece en la cima de la pirámide y decrece en la base. Así, la capacidad que menos aporta es la obediencia y la que más la pasión.
Se me ocurre analizarlo diciendo que hacia abajo se encuentran las capacidades que más tienen que ver con la disciplina y el saber hacer, y hacia arriba las que más tienen que ver con la voluntad, con el querer hacer.
Creo que hace unos años no hubiera estado muy de acuerdo con esta escala. Hoy día apostaría por ella. Creo que la experiencia me hace avalar la teoría.
Y me encanta la cita de E.M. Forster con que remata: «Una persona con pasión es mejor que cuarenta simplemente interesadas».
PS: Una pequeña digresión, una licencia literaria: A ver si lo que pasaba es que Alí Babá tenía pasión y los ladrones sólo interés… 🙂