El marketing moderno parece ser una búsqueda constante de la emoción en los clientes, una búsqueda que se sitúa muy por encima en cuanto a priorización y esfuerzo, sobre la demostración o ensalzamiento de los atributos objetivos de los productos y servicios.
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Elevación: que, físicamente, se identifica con la segregación de oxitocina y que produce sensaciones de calma y calidez.
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Interés: que motiva a las personas a aprender aunque también conlleva sensaciones de ansiedad y miedo a lo desconocido.
A continuación salta a otra tres que, observadas en exceso, pueden conducir a conductas de fidelidad extrema o, en palabras del propio autor, ‘ fidelidades abrumadoras o compulsivas‘. Son las siguientes:
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Gratitud: que tiende a generar conexión y mejorar las relaciones de todo tipo, de pareja, sociales o de una marca con sus clientes.
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Orgullo: que en el lado positivo se asocia con el prestigio y en el negativo con el dominio. En el mundo del marketing nos llevaría a hablar del orgullo por la posesión de productos como lo último en tecnología, el último gadget, o un automóvil de lujo.
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Confusión: que surge ante exceso de información o información contradictoria.
Finalmente, y como ejemplo de altísima fidelidad a una marca, nos ofrece el ejemplo ya clásico de Harley Davidson y sus incondicionales fans donde podemos reconocer algunas de estas emociones como son el orgullo, pero donde también se resaltan tres valores como son la libertad, el patriotismo y la masculinidad.