Hace ya cinco años, describí en este blog lo que quise denominar ‘el fenómeno sandwich del liderazgo‘, una serie de situaciones paradójicas en que se encuentra el mando intermedio, atrapado entre dos fuegos o, para mantener la metáfora, entre dos panes: la alta dirección por arriba y los colaboradores de a pie por abajo.
Hoy me referiré a un nuevo aspecto de ese fenómeno sandwich, el del mando cautivo.
¿Cautivo de qué?
Cautivo de los niveles directivos, de su insaciable demanda de tiempo del mando intermedio, de la continua convocatoria a largas reuniones, de la petición asfixiante y sin derecho a réplica ni aplazamiento de informes, datos, presentaciones… unido a la microsupervisión, el ‘micromanagement‘
No estoy diciendo que eso se produzca siempre ni muchísimo menos. Es muy dependiente de la cultura de empresa y muy especialmente del estilo del directivo que está en la parte superior del sandwich. Pero sí es un riesgo absolutamente real y un problema que se produce sin ninguna duda y no de forma esporádica.
En esta situación, el mando intermedio es casi abducido, apresado por su superiores que inundan su tiempo de todo tipo de tareas,
Es evidente que esta situación es incómoda para el mando intermedio. Pero el problema va mucho más allá de la mera incomodidad del mando intermedio y se convierte en un problema de compañía.
¿Por qué?
Porque si el mando intermedio está cautivo de sus superiores, deja de dedicar tiempo a sus colaboradores, deja de disponer tiempo para relacionarse con colaterales, pierde espacio para su propia reflexión y para su gestión.
En eses circunstancias, se rompe la cadena de comunicación ascendente y descendente, se anula la gestión real del mando intermedio y, paradójicamente, si éste se encuentra hipergestionado, los colaboradores, los trabajadores de a pie, pasan a estar infragestionados.
Se rompe en definitiva, la razón de ser del mando intermedio.
El mando intermedio, como afirmaba cuando describí por primera vez el fenónemo sandwich, es un líder en sí mismo. Y como tal necesita reflexión individual, necesita interacción con otros profesionales, necesita comunicar, entender y motivar a su equipo, necesita conocer el funcionamiento de su equipo y dirigirlo… y ello precisa de tiempo, tiempo propio, no del directivo superior.
En estas situaciones de sobregestión, de sobreocupación y cautividad del mando intermedio lo que estamos haciendo es estropeando el sandwich aunque, en este caso, lo que se nos quema no es el pan… sino el queso, el mando intermedio,
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