
Cuando Clayton Christensen analiza las explicaciones que tradicionalmente aportan eruditos, consultores y estudiosos para explicar el fracaso de las grandes compañías ante cambios tecnológicos disruptivos, se encuentra fundamentalmente dos tipos de razones, unas que se centran en impedimentos de tipo organizativo y otras en las capacidades. Sin embargo, el autor aporta una tercera basada en el concepto de lo que el denomina cadenas de valor (‘value networks‘).
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Rebecca Henderson y Kim Clark |
Algunos estudios más elaborados como el de Rebecca M. Henderson y Kim B. Clark, citado por Christensen (‘Architectural innovation: the reconfiguration of existing systems and the failure of established firms‘), apuntan más bien a problemáticas de estructura organizativa. Sostienen estos autores que, de alguna forma, las estructuras organizativas ‘mapean’ la estructura de componentes de sus productos y que esta forma de organización facilita la innovación a nivel de componente y los subgrupos correspondientes. Sin embargo, una tecnología disruptiva exige nuevas formas de organizar grupos y de relacionarse entre ellos, exigencias a las que las compañías no suelen ser capaces de dar respuesta.
Esta último tipo de motivaciones es la aportación personal que Christensen hace a este análisis. Los redes de valor (‘value networks‘) son el contexto dentro del cual una compañía identifica y responde a las necesidades de sus clientes, resuelve problemas, reacciona ante los competidores y busca el beneficio.
Lo que de alguna forma estos tres grupos de explicaciones parecen tener en común es una cierta esclerosis, una cierta ceguera de las compañías para identificar el valor y reaccionar adecuadamente, ante una tecnología disruptiva. Y, como Christensen se encarga de resaltar y ya hemos reseñado brevemente en este blog, lo paradójico es que esta ceguera, esta incapacidad para reaccionar, no derivan realmente de una mala gestión, sino todo lo contrario, de una buena gestión…pero circunscrita a una situación dada y unas tecnologías de tipo sostenido, es decir, en cierto sentido continuistas.