Nuestra actividad, tanto profesional como personal, se ve afectada por paradojas, situaciones aparentemente contradictorias que hemos de resolver, equilibrios entre los que hemos de movernos.
En su libro ‘Emprendedores sociales‘ Ignacio Álvarez de Mon menciona un trabajo de James Collins, consultor de negocio que identifica las mejores prácticas empresariales y, dentro de ellas, varias paradojas, al menos cinco, que, por llamativas me animo a citar brevemente:
Política de selección
Para que los que están puedan estar bien no todos pueden estar.
Realismo
Para poder llegar al ideal es necesario conocer y aceptar la realidad.
Liderazgo y decisiones
Los líderes [] que gobiernan a las mejores compañías son humildes, modestos, escuchan, incorporan otras opiniones, admiten que pueden estar en un error, y al mismo tiempo tienen una gran determinación a la hora de tomar una decisión y, sobre todo, a la hora de ejecutarla.
Excelencia
para ser muy buenos en algo tenemos que saber identificar en qué no somos tan buenos.
Libertad
las mayores cotas de autonomía, delegación y emprendimiento tienen lugar en ambientes de disciplina y rigor.
Difíciles compromisos, complejas dialécticas, equilibrios complejos de mantener. Quizá por eso el liderazgo sea una cualidad tan difícil de alcanzar, al menos en dosis de excelencia.