No, no exactamente. Las especificaciones no bailan la rumba, pero según Six Sigma, las especificaciones deben ser RUMBA.
¿Qué quiere decir ese galimatías?
Six Sigma es una disciplina que pone mucho énfasis en el rigor, en los números, en la medición y en la estadística. En ese sentido, y antes de decir si un proceso, o una característica de un proceso, es bueno o malo de forma cualitativa, define exactamente qué ese eso de ser bueno y malo, cuánto de bueno y cuánto de malo.
Para dejar claramente establecido qué rangos de valores son los esperados se establecen las denominadas especificaciones. Para encontrar una definición más rigurosa de lo que es una especificación acudimos al libro ‘Six Sigma for dummies‘ de Craig Gygi y Bruce Wiliams. Allí nos dicen:
A specification is the value separating acceptable from unacceptable performance.
Hay varias formas de hacer especificaciones. Podemos poner un límite superior a los valores aceptables de una variable, o un límite inferior, o ambos, o poner un objetivo respecto al cual se admiten variaciones pequeñas. En cualquier caso, la especificación es clara, rigurosa y numérica.
¿Y qué más?
Pues ahí es donde entra la RUMBA. Y entra la RUMBA con mayúsculas porque estamos hablando de un acrónimo. Un acrónimo usado en el mundo Six Sigma para declarar qué cualidades debe tener una buena especificación. Son éstas:
- (R)easonable: razonable, en el sentido de que represente unas necesidades reales de los clientes y que realmente esté relacionada con la característica o proceso que queremos controlar.
- (U)nderstandable: entendible, que todo el mundo la comprenda y no de lugar a malentendidos o malas interpretaciones.
- (M)easurable: medible, que se pueda conocer realmente su valor.
- (B)elievable: creíble, que sea aceptada por los equipos
- (A)ttainable: conseguible, que realmente se pueda alcanzar el cumplimiento de esa especificación
Visto así, la cosa resulta sencilla y, además, muy muy razonable. Casi podríamos decir que la aspiración a disponer de unas especificaciones RUMBA es, en sí mismo, un planteamiento RUMBA: razonable, entendible, creible y conseguible… quizá sólo le falta el ser medible.