En el último post hablábamos de una apasionante disciplina híbrida, la computación afectiva. En la misma línea, vamos a intentar entender ahora qué es la ciberpsicología.
Y, para ello, acudimos a la misma fuente, a saber, el libro ‘Cyberpsychology and the brain‘ de Thomas D. Parsons. Allí se nos define ciberpsicología de la siguiente forma:
Cyberpsychology is a recent branch of psychology whose main research objects are processes of change induced by new technologies.
Es decir, a pesar del prefijo ‘cíber’, estamos hablando fundamentalmente de psicología, no de tecnología. Eso sí, se trata de unos procesos psicológicos que se ponen en acción cuando las personas interactuan con tecnología. ¿Y tiene esto algo que ver con la computación afectiva? Si, no es lo mismo, pero algo tiene que ver porque, como nos recuerda el autor:
Some of these processes are related to and involve a variety of affective processes.
Es decir, algunos de los procesos psicológicos involucrados incluyen la emoción y el afecto y, en ese sentido, solapa con la computación afectiva. De hecho, unos párrafos más adelante, se da la siguiente definición extendida de la ciberpsicología:
Cyberpsychology will be understood as a branch os psychology that studies (1) the neurocognitive, affective and social aspects of humans interacting with technology; and (2) affective computing aspects of humans interacting with devices/systems that incorporate computation.
Es decir, de alguna forma se mira hacia las personas y su psicología cuando interactuan con tecnologías, pero también hacia los aspectos computacionales de esa interacción.
Interesante, ¿verdad?