En un artículo que publicaba la semana pasada, el titulado ‘Racionalidad e Inteligencia artificial: teorías normativas versus descriptivas‘, comentaba cómo, a pesar de lo que quisiéramos pensar, el ser humano no es completamente racional y que, de hecho, con no escasa frecuencia, exhibe un comportamiento claramente irracional y un comportamiento que, precisamente por esa irracionalidad, se separa del tipo de comportamientos que podemos esperar de los robots y la inteligencia artificial… mucho más racionales.
En el mismo libro que inspiraba ese post, el popular ‘Artificial Intelligence. A modern approach‘ de Stuart Russell y Peter Norvig, se comentan también algunos de los motivos que explican esa irracionalidad humana.
Para ello, los autores mencionan el denominado efecto certeza introducida por Daniel Kahneman y Amos Tversky ya en 1979 en el artículo ‘Prospect theory: an analysis decision under risk‘ donde presentaban la teoría prospectiva, como una alternativa a la teoría de la utilidad, como explicación de las decisiones humanas. Según esa visión, las personas no buscan tanto la maximización racional de una utilidad sino que se ven fuertemente atraídas por las ganancias ciertas.
Para esa especie de paradoja de la racionalidad humana, se nos identifican tres posibles razones:
- Las personas quizá prefieren evitar el trabajo computacional. Elegir la opción más cierta, se ‘tira’ por el camino más fácil, evitando farragosos cálculos de probabilidades.
- Las personas podrían desconfiar de la legitimidad de las probabilidades teóricamente conocidas. Pudieran pensar, por ejemplo que no es cierto que tirar una moneda al aire suponga igualdad de probabilidades de cara y cruz.
- Por último, y personalmente me parece lo más interesante, las personas pudieran estar decidiendo conforme, no sólo a la utilidad objetiva, sino también conforme a su estado emocional. En ese sentido, una persona se sentiría muy mal si pierde una apuesta optando por la opción más arriesgada y renunciando a la más seguro, incluso si en pura utilidad, el producto de probabilidad y ganancia favoreciese a la opción arriesgada.
Se trata sólo de hipótesis, pero parecen bastante creíbles.
Y lo que ahora me pregunto es si tiene sentido o algún interés que una máquina, un algoritmo, un robot se comportase de forma similar a la humana, con esas ‘no racionalidades’ o si tiene más sentido que dejemos la racionalidad pura en manos de las máquinas y dejemos que las personas sigamos siendo lo irracionales que nuestra naturaleza parece exigirnos.