En el post anterior vimos algún juicio crítico acerca del brainstorming, una de las herramientas más admitidas, conocidas y utilizadas como estímulo de la creatividad. El brainstorming es una de tantas herramientas que trabaja con grupos.
Siempre he sostenido, quizá porque mi propia personalidad me impulsa a ello, que sin restar valor al trabajo en grupo, también es muy valioso y necesario el trabajo individual, el propio estudio, la propia reflexión, y el propio desarrollo de ideas, conceptos y documentos.
Pues bien, en el mismo libro ‘Strategic Management of Technological Innovation‘ de Melissa A. Schilling, y justo a continuación de la exposición de la revisión crítica del brainstorming, se exponen, precisamente, los beneficios del trabajo individual. De la exposición que quedo con este pequeño párrafo que abre la argumentación.
Solitude is extremely valuable for creativity. It affords a person the time to think and pursue those things they find intrinsically interesting.
Una sorprendente, aunque creo que acertada, alabanza de la soledad, de la soledad como elemento de creatividad ya que permite concentrarse en los intereses individuales. A eso yo añadiría que ofrece el tiempo y la reflexión para la generación y análisis de ideas.
Como complemento de esa soledad, la autora nos habla de otro valor que también practico y que considero esencial: la auto formación. Creo que, en efecto, la auto formación, adquirida esencialmente por lectura de libros, artículos y blogs, pero hoy en día también complementada mediante la búsqueda en Internet o los MOOCs, es un arma fundamental para el desarrollo profesional en general y para la creatividad en particular, ya que las nuevas ideas se suelen construir con frecuencia mediante recombinación de ideas de terceros o de reutilización en el propio campo de trabajo, de ideas que ya se han aplicado en otro sector o problemática. La afirmación se ilustra citando un estudio sobre grandes innovadores y se nos dice que:
Research on serial breakthrough innovators show that many spent significant time alone, investing heavily in self education.
En el texto se nos pone el ejemplo de Elon Musk, al parecer un reconocido emprendedor e innovación en serie y, por lo que se nos cuenta, un empedernido lector que ha tenido temporadas de dedicar diez horas diarias a la lectura.
Así que, si: a pesar de lo que pudiéramos pensar, a pesar de mucha literatura en pro del trabajo en grupo, la soledad es creativa.